El día Viernes 19 de Abril, por primera vez en la vida llegue
al que considero ahora el tope máximo de indignación y vergüenza de vivir en
este país, algo de tristeza también, la cual que se vio reflejada en mis
palabras y de la cual fueron testigos un par de personas.
Después de acercarme a una realidad que era lejana e incluso
desconocida porque realmente estaba tan equivocada en cuanto a lo que había sido
la macabra historia del narcotrafico y la guerrilla en nuestro país, para
encontrarme con que esto aún no termina y que la mafia esta hoy en día ante
nuestros ojos, inclusive puesta por nosotros mismos mediante algo llamado ‘democracia
y voto popular’.
Delitos que atacan la integridad de las personas, que violan
los derechos humanos, que acaba con vidas y no precisamente cuando llega la
muerte, hay algo peor, aquellos que quedan muertos en vida, a esto se ven
enfrentadas un sin número de familias sin una explicación lógica, sin un
horizonte claro, por el contrario, con miles de vacios, silencios y dudas.
Victimas de desaparición forzada, pero no solo eso, víctimas
de un gobierno inescrupuloso y descuidado, un estado que pone precio a las
personas, que da prioridad a unas estadísticas falsas que enseñan a los miles
de millones de Colombianos sin memoria los mismos ciudadanos ignorantes de cualquier
historia y recuerdo de un pasado, personas a las que les quedo grande pensar y proyectar
algo diferente. ¿Y qué reclamamos? si somos nosotros mismos quienes estamos dando
el aval para que vándalos tomen las riendas de nuestro país.
Las muertes ya ocurrieron, las victimas quedan, esto no
para, año tras año nos inundan, ayer fueron los falsos positivos y los muchachos de
Soacha, no estamos lejos de esta REALIDAD, por el contrario está a la
vuelva de la esquina; pensemos, actuemos, la memoria tiene que perdurar y las
palabras no siempre serán suficientes, los hechos deben más que hablar, la indignación no basta, debemos movilizar, protestar, exigir, unidos podemos y yo simplemente quiero un país en
que un delito que se cometa no me de tanta vergüenza.